domingo, 22 de enero de 2012

Récords climáticos


El director del estudio, James Hansen, del Instituto Goddard de la NASA, fotografiado en Nueva York. | ISAAC HERNÁNDEZ
La temperatura media global de 2011 fue la novena más elevada en los registros meteorológicos modernos, continuando una tendencia de acumulación de gases de efecto invernadero que ha provocado quenueve de los 10 años más cálidos conocidos hayan ocurrido desde 2000, afirman científicos de la NASA.
La temperatura superficial global promedio para 2011 fue 0,51ºC más caliente que la temperatura media de base para el siglo XX, según afirman investigadores del Goddard Institute for Space Studies, informa Reuters. Los registros de temperatura de esta institución científica empezaron en 1880.
Los primeros 11 años del nuevo siglo fueron notablemente más calientes que la segunda mitad del siglo XX, según asegura el director del instituto,James Hansen, uno de los más destacados expertos mundiales en cambio climático. El único año no perteneciente al siglo XXI que se 'cuela' entre los 10 más cálidos es el cercano 1998.
Estas temperaturas globales tan altas ocurren incluso cuando hay situaciones coyunturales que llevan al enfriamiento, como es un fuerte fenómeno oceánico de La Niña, que enfría la temperatura del océano, y una baja actividad solar durante los últimos años.
Un comunicado de la NASA asegura que las temperaturas actuales son superiores a la media por las crecienntes concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente el dióxido de carbono. El dióxido de carbono es emitido por diversas actividades humanas especialmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo.
Los niveles actuales de dióxido de carbono en la atmósfera superan las 390 partes por millón, frente a las 285 partes por millón que había en el siglo XVIII y las 315 partes por millón que había en 1960.

lunes, 16 de enero de 2012

Origenes de Napoleón Bonaparte

La ilustración muestra el árbol genealógico de Napoleón (c). | EL MUNDO
La ilustración muestra el árbol genealógico de Napoleón (c). | EL MUNDO
Nuevos análisis de ADN establecen Nuevos análisis de ADN establecen que los orígenes del emperador Napoleón I (1769-1821) eran caucásicos y no árabes, como se especulaba hasta ahora, según las investigaciones del profesor Gérard Lucotte publicadas este lunes en la prensa francesa.
A partir de varios cabellos que pertenecieron a las patillas de Napoleón, avalados por haber aparecido junto con un relicario que perteneció al fundador del Museo del Louvre, Dominique Vivant-Denon, el genetista pudo aislar el perfil del cromosoma Y de Napoleón, informa 'Le Figaro'.
Se trata del mapa genético masculino del emperador Bonaparte, nacido en Córcega y de quien se creía que podía tener orígenes árabes pues se le conocía un vínculo familiar con el mercenario del siglo XV al que llamaban 'Il Moro di Sarzana', originario de una ciudad mediterránea recurrentemente atacada por los sarracenos.

Se cotejó la muestra con la de familiares

Efectivamente, el 'haplogrupo' del ADN analizado, que sirve para definir la historia de los ancestros de una persona, coincide con un tipo extraño y llamado Elblbcl que se ha encontrado en el 10% de la población de Yemen y Arabia Saudí, según los estudios de Lucotte publicados en la revista especializada 'Journal of Molelular Biology Research'.
"Las indicaciones históricas hacían pensar a los expertos que los ancestros árabes de Napoleón habrían llegado a Europa durante la expansión del Islam o a través del comercio de mercancías con Italia", resume 'Le Figaro'.
Sin embargo, Lucotte ha echado por tierra esa teoría. El genetista tuvo la oportunidad de cotejar cabellos de las patillas del emperador con el material genético de Charles Napoleón, descendiente por la parte de Jerónimo Bonaparte, hermano de Napoleón.
Las marcas del cromosoma Y del contemporáneo Charles Napoleón y las del emperador que dominó Europa entre los siglos XVIII y XIX se revelaron idénticas.

Su muerte sigue siendo un misterio

"Hemos podido determinar el 'halopgrupo' sobre un mayor número de marcadores, con mucha más precisión: Napoleón no era árabe sino caucásico", asegura Lucotte.
Aunque publicados, la comunidad científica no dará por válidos los resultados hasta que un segundo laboratorio desarrolle la misma investigación.
No obstante, mientras tanto se abren nuevos caminos para explorar, como las causas de la muerte de Napoleón, nunca esclarecida. O aclarar, al menos, si pudo padecer alguna enfermedad genética.
Recientes investigaciones llevadas a cabo a partir de muestras de cabello cortadas tras su muerte han revelado que contenían arsénico, sugiriendo que Napoleón podría haber muerto envenenado.
Detrás de las investigaciones científicas, escribe 'Le Figaro', se esconde una nueva tentativa de abrir la tumba de Napoleón en el Hotel de los Inválidos de París y aclarar si efectivamente allí yacen los restos del emperador, si se trata del cadáver de otra persona o si el sepulcro está vacío

martes, 3 de enero de 2012

La sequía acabó con el Imperio jemer en Angkor


Una de los templos de Angkor, invadidos por la naturaleza. | Teresa Guerrero


Los cambios en el clima y desastres asociados a repentinas inundaciones, glaciaciones o sequías están detrás de la destrucción de civilizaciones y la caída de grandes imperios. Uno de estos casos es el de la desaparición del Imperio Jemer en Angkor (Camboya), un poderoso reino que durante seis largos siglos se asentó en el centro del país asiático y se expandió por toda la región.
Un grupo de investigadores, liderados por Mary Beth Day, de la Universidad de Cambridge, asegura que un largo periodo de escasez de lluvias, unido al mal mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas que montaron los jemeres están detrás de su debacle. Hoy, las ruinas de Angkor, declarada Patrimonio de la Humanidad, aun permiten intuir el espectacular esplendor de un periodo que sus habitantes dejaron morir.
Los milllones de visitantes que cada año se acercan al lugar no suelen fijarse en los complejos sistemas hidráulicos que los jemeres pusieron en marcha en la ciudad imperial. Canales, fosas, terraplenes y grandes depósitos, conocidos como 'barays' que, según las dataciones de los científicos, podrían haber sido construidos hace 1.000 años.
La red hidráulica que montaron los jemeres entre los siglos XI y XIII, y que funcionó hasta su caída en el siglo XV, llegó a tener 1.000 kilómetros de longitud en todo su territorio. En los 'barays' almacenaban todo el agua sobrante de las lluvias que caían durante el verano monzónico, que luego se utilizaba para irrigar los campos.
Hasta ahora, los historiadores han explicado la caída de los jemeres a factores como la guerra con los expansionistas de Siam y otros pueblos extranjeros, a la superpoblación, a la conversión de su emperador al budismo o a cambios en los patrones comerciales.

El estrés ambiental

Sin embargo, nuevas evidencias, como las que ahora se publican en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), ponen de manifiesto que el estrés ambiental y, especialmente, una gestión del agua no adaptada a nuevas condiciones climáticas, tuvo mucho más que ver de lo que se pensaba hasta ahora.
El nuevo estudio refleja que en el siglo XIV, las tasas de sedimentación disminuyeron, lo que tiene que ver con que en la región desde finales de ese siglo y hasta los primeros años del siglo XV no se produjeron las lluvias del monzón, sequía que también se ha detectado en los anillos de los árboles en el vecino Vietnam.
"Nuestros resultados demuestran que fueron los cambios en el sistema de gestión del agua lo que se debe asociar con el declive del reino de Angkor en ese momento histórico", apunta el equipo de Day. Sólo hacia el siglo XVII el sistema volvería a funcionar, aunque para entonces el imperio de los jemeres ya era historia. En concreto, los científicos han detectado un incremento de arena sedimentada que prueba que durante muchos años entró poco agua en los depósitos.
"No podemos distinguir en qué porcentaje la falta de agua se debe al cambio en el clima y a la mala gestión humana de este recurso, pero lo que parece claro es que ambos factores actuaron a la vez", concluyen. Y, aún así, reconocen que el sistema de gestión hidráulica que iniciaron los jemeres es un ejemplo de una sofisticada tecnología humana que fracasó ante unas condiciones ambientales extremas.
En un planeta con una nefasta gestión del agua, este vistazo al pasado puede ser una lección en el que las consecuencias están a la vista: Angkor es hoy está en poder de los árboles que la invaden... y de los turistas.