El mes pasado, cuando el Sol lanzaba la tormenta solar con la radiación más intensa registrada desde 2003, los satélites eran la diana perfecta para las partículas cargadas y los dos polos ardían en auroras boreales, un grupo de jóvenes estudiantes de una 'high school' (equivalente al instituto) de California no dudaron lo que debían hacer para estudiar la actividad solar. Lanzaron al espacio un pollo de goma.
Los estudiantes inflaron un globo de helio y lo usaron para enviar el ave astronauta, llamada Camilla, hasta una altitud de más de 36.000 metros, donde el pollo estuvo expuesto a los protones solares de alta energía.
Lanzar un pollo de goma al espacio puede sonar extraño, pero los estudiantes tenían un buen motivo: se trataba de un experimento de Astrobiología.
"A finales de año, tenemos previsto el lanzamiento de algunas especies de microbios para saber si son capaces de vivir en la frontera de nuestra atmósfera con el espacio", asegura Rachel Molina, de 17 años. "Este fue sólo un vuelo de reconocimiento".
Los estudiantes inflaron un globo de helio y lo usaron para enviar el ave astronauta, llamada Camilla, hasta una altitud de más de 36.000 metros, donde el pollo estuvo expuesto a los protones solares de alta energía.
Un experimento de Astrobiología
"Equipamos a Camilla con sensores para medir la radiación", explicó Sam Johnson, uno de los estudiantes de 16 años que lanzaron el pollo astronauta, a la web de la NASA Science News. "En el punto más alto de su vuelo, la misión estuvo por encima del 99% de la atmósfera terrestre".Lanzar un pollo de goma al espacio puede sonar extraño, pero los estudiantes tenían un buen motivo: se trataba de un experimento de Astrobiología.
"A finales de año, tenemos previsto el lanzamiento de algunas especies de microbios para saber si son capaces de vivir en la frontera de nuestra atmósfera con el espacio", asegura Rachel Molina, de 17 años. "Este fue sólo un vuelo de reconocimiento".
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